lunes, 9 de julio de 2007

1.2 ¿Cual es la finalida de la ciencia politica?


Herman Héller nos dice: La ciencia política solo puede tener la función de ciencia si se admite que es capaz de ofrecernos una descripción, interpretación y crítica de los fenómenos políticos que sean verdaderas y obligatorias.

Entonces la ciencia política tiene como función, especifica, en primer término, describir los fenómenos de los que se ocupa. Esta descripción permite definir el contorno de dichos fenómenos, estimar sus peculiaridades, clasificarlos según ellas, compararlos para determinar sus similitudes y diferencias, dar cuenta de la presencia con que se presentan y señalar las relaciones que puedan existir entre ellos.

En un segundo nivel nuestra ciencia trata de interpretar, o sea, dar una explicación de los fenómenos descritos. Esta función tiende a buscar los por qués de los hechos que se estudian. Así los resultados descriptivos nos permiten establecer que en algunos países operan varios partidos, mientras que en otros solo lo hace dos y en otros más, solamente uno, y tal concucion nos lleva a la pregunta de ¿Por qué ocurre esto?, ¿Cuáles son las razones que explican dichas diferencias?

La explicación de estas cuestiones requiere la elaboración de teorías, esto es, un procesamiento intelectual que propongo, racionalmente, un esclarecimiento de las relaciones entre los fenómenos.

Finalmente en un tercer plano, se encuentra la función de enjuiciar o criticar los fenómenos. Esta área ha sido muy discutida, pues se considera que tratándose de un procedimiento valorativo, no corresponde, en rigor, a la ciencia política que debe limitarse a dar cuenta de los hechos sin someterlos a juicio de valor.


¿Crítica o no?

La corriente que excluye a la crítica de la ciencia política parte de la base de que para que el conocimiento sea objetivo, debe despojarse de toda pretensión que implique una toma de posición frente a las cuestiones estudiadas, pues el científico corre el riesgo de anteponer sus juicios sobre la realidad política y los resultados de su trabajo, aunque podrían servir para la actividad practica, no tendrían valides científica.

En consecuencia se afirma, la ciencia política debe ocuparse de lo que es, sin preocuparse si debe ser o no.

Por otra parte, los que apoyan el aporte de puntos de vista críticos, parte de la base que el investigador es también un miembro de la sociedad, sujeto a sus influjos; de que forma parte el mismo objeto que estudia, y como todo ser humano, dispone de una escala valorativa de la que no puede sustraerse, que necesariamente influirá en su labor, restándole, así sea inconscientemente, la objetividad deseada. Por lo tanto es preferible que queden clara las posiciones valorativas del científico (para poder ubicar su criterio que condicionan los resultados intelectuales que nos presenta) a que sus tendencias permanezcan ocultas, aunque de cualquier manera las influencias de ellas estén presentes en su trabajo científico. Por otro lado se arguye que la ciencia debe tener alguna aplicación práctica y no ser un ejercicio intelectual estéril y que, en tal virtud, es deber científico proponer las aplicaciones prácticas de sus conocimientos que permitan mejorar la vida comunitaria.


Grados de actividad de la ciencia política

A .A partir de estos puntos de vista, podemos identificar cuáles son los grados de actividad en la ciencia política, según la profundización de la propia conducta del científico los fenómenos que atraen su atención.

El El Primero, consiste en la observación y constatación de los hechos que ocurren en la vida política, de los cuales hace una ordenación y recuento, presentando después los resultados. Tal sería el caso en las encuestas de opinión o análisis de ciertas conductas y pautas electorales.

Este primer nivel se asemeja al de un técnico de laboratorio que a partir de ciertos conocimientos y técnicas, observa los hechos y nos da un resultado cuantitativo.

Esta forma de trabajar caracterizo a politología estadounidense desde fines de años veinte hasta principio de los cincuenta y es el enfoque que se conoce como behaviorismo.

2. E Segundo lugar encontramos la teorización que intenta explicar los fenómenos observados sin realizar ningún juicio valorativo. Busca relacionar fenómenos mostrando sus causas, sus orígenes o sus interacciones reciprocas. Friedrich distingue tres clases de teorías: las morfológicas, las genéticas y las operativas.

a. Las morfológicas: nos muestran una estructura y la manera como están relacionados sus elementos: tal es el caso de la teoría acerca de las formas de gobierno.

b. Las genéticas: intentan explicar el origen de los fenómenos; de este tipo son, por ejemplo, las que se refieren a la génesis del Estado o de los partidos políticos.

c. Las operativas: (que nosotros llamaríamos funcionales)buscan hacernos comprender como funciona; de esta naturaleza son las teorías que explican, por ejemplo, la acción de los grupos de presión o la teoría marxista que relaciona el modo de producción material de una sociedad con la conformación de la misma.

3. E Tercer lugar, la crítica teórica que consiste en elaborar juicios o formular recomendaciones prácticas a partir de las realizaciones entre los hechos. Si bien supone una reflexión valorativa, esta se hace en función de la eficacia, es decir, se juzga si una acción determinada es eficaz para obtener el resultado a la luz del conocimiento de los fenómenos. De esta manera Marx, partiendo de sus observaciones de la sociedad, indicaba las acciones que debería seguir el proletariado para consumar la toma del poder al que estaba predestinado por la mecánica misma de la vida social.


4. e Cuarto lugar, tenemos lo que podríamos llamar critica ética, que constituye un ejercicio filosófico el cual se ubica en la valoración de la vida política bajo el enfoque del bien y el mal.

La mayoría de los autores asigna esta tarea critico-ética a la filosofía política, pero a nuestro juicio solo es una parte de ella, pues únicamente se refiere a los valores morales colectivos. En realidad, la filosofía política también tiene como función, detectar y establecer otras dicotomías valorativas, que se presentan en los demás nivele que venimos haciendo alusión: utilidad o inutilidad.

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